©Miguel Peñalver |
Miguel busca incansable la esencia de cada escena, pero no sin una sonrisa de oreja a oreja. Este dato me lo guardo, es importante para lo que vendrá después, es decir, para lo que sea.
Dicen los fotógrafos que cualquier excusa es buena para hacer fotos, para Miguel, cualquier momento es bueno para rodearse de gente, que es lo que más le gusta. Luego llegan las fotos, una detrás de otra... Es un hombre de ni mucho, ni poco, ni bien, ni mal... de hacer las cosas con alegría, lo mejor que sepas y luego pasar a otra cosa... más gente, más sonrisas, más fotos... parar es morir...
Me he acostumbrado al apocalipsis de los telediarios. Miro impasible a todos esos que se reúnen en cumbres de luz semiazulada y que nos resuelven la vida en un idioma que no es el nuestro. Mientras tanto nosotros intercambiamos sonrisas y lo que tenemos en las manos. A lo mejor es que va a ser así.
Esta mañana se me ha caído el iPhone al water, 0 en glamour. Todavía sigo sin echarlo de menos.
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