Nada de lo humano nos es ajeno, el hecho de tener una cámara entre las manos denota este interés antropológico. Qué nos pasa, cuándo nos pasa, cómo éramos, click, un segundo atrás. Atrapados en el tiempo.
Catharine Opie se ha vivido con esta curiosidad desde que tiene uso de razón, antes incluso de coger su primera cámara allá por 1970, con sólo 9 años.
Es una autora, quizás influida por Ansel Adams, con la firme convicción de que la fotografía, la imagen, puede ayudar a cambiar el curso de las cosas. Creo que el acto fotográfico es un acto de toma de conciencia. Tomar conciencia, ya es cambiar el curso de las cosas.
Como cuando empujas una bola de billar y empieza una cadena de encuentros entre unas bolas y otras, que en ningún caso los provoca el azar, Cathy Opie forma parte de una enorme red de artistas, exploradores de la identidad, de la propia, de la ajena. Exploradores del abismo que hay entre el cliché y el humano que quiere dejar de so-portarlo...
Cindy Sherman, Annette Messager, Lorna Simpson, George Platt Lynnes, Sunil Gupta…
El surfista, la lesbiana, lo que ocurre dentro, los niños, las madres, el hijo, la piel…
Posiblemente la fuerza de sus retratos es la profunda inestabilidad sexual que nos muestra, es su forma de contribuir a ampliar las fronteras del género de una forma comprometida y honesta.
Creo que el día del orgullo gay no representa a nadie. La carroza, la pluma y la pachanga. Creo que nos daña a todos.
Sintonizo la melodía, sintonizo fino y noto que Claude Cahun, Linn Underhill y nuestra Opie, bailan al mismo ritmo en esta fiesta en la que bailamos todos.
Catharine Opie se ha vivido con esta curiosidad desde que tiene uso de razón, antes incluso de coger su primera cámara allá por 1970, con sólo 9 años.
Es una autora, quizás influida por Ansel Adams, con la firme convicción de que la fotografía, la imagen, puede ayudar a cambiar el curso de las cosas. Creo que el acto fotográfico es un acto de toma de conciencia. Tomar conciencia, ya es cambiar el curso de las cosas.
Como cuando empujas una bola de billar y empieza una cadena de encuentros entre unas bolas y otras, que en ningún caso los provoca el azar, Cathy Opie forma parte de una enorme red de artistas, exploradores de la identidad, de la propia, de la ajena. Exploradores del abismo que hay entre el cliché y el humano que quiere dejar de so-portarlo...
Cindy Sherman, Annette Messager, Lorna Simpson, George Platt Lynnes, Sunil Gupta…
El surfista, la lesbiana, lo que ocurre dentro, los niños, las madres, el hijo, la piel…
Posiblemente la fuerza de sus retratos es la profunda inestabilidad sexual que nos muestra, es su forma de contribuir a ampliar las fronteras del género de una forma comprometida y honesta.
Creo que el día del orgullo gay no representa a nadie. La carroza, la pluma y la pachanga. Creo que nos daña a todos.
Sintonizo la melodía, sintonizo fino y noto que Claude Cahun, Linn Underhill y nuestra Opie, bailan al mismo ritmo en esta fiesta en la que bailamos todos.
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